Sobre mí

Mi rutina mañanera: Pilates y más

 

¿Quieres ser la madre/padre perfecte y el empleade más eficaz con la economía más exitosa y un cuerpo que provoque infartos a tu paso con cero materia grasa y arrugas y cien por cien músculo y tersura de piel?


Foto de V. Neves en post sobre Pilates matinal
Algo así.
V. Neves

Para manejar tu parte workaholic y capitalista desaforada no te daré ningún consejo que este blog no tiene idea, pero para la parte física, alguna reflexión puedo compartir contigo.

Aunque probablemente tú ya tienes bastante claro lo que deberías estar haciendo y no haces. 


Hard training and Pilates
Algo así.
M. Cors


Pero… No te da la vida, ¿a que es eso?

Empiezas el día decidido a dedicar a tu entrenamiento el tiempo y el esfuerzo que merece, pero llegan las diez de la noche y no lo has hecho. Nunca tienes tiempo.

Yo evito eso por el simple método de dedicar a mi entrenamiento más básico los primeros minutos del día.

Hoy hablamos de... rutina matinal de Pilates y conexión cuerpo-mente

- La rutina matinal bien

    1. Me relajo y medito

    2. Cuento mis bendiciones, pero sin ponerme intensa

    3. Me busco, y a veces hasta me encuentro, el suelo pélvico

    4. Hipopresivos en vez de café

- La rutina mañanera mal

- Despedida y cierre


Supongo que ya te está remordiendo la conciencia. ¿Dedicarme primero a mí? Pero, ¿eso se puede? Pues sí, de hecho, hay muchas ocasiones en que lo más sensato es atenderte primero a ti.

Por ejemplo, imagina que vas en un avión y saltan los respiradores. ¿Qué haces? Pues primero te pones tú el oxígeno y luego ayudas al ponerse el suyo a tu hijo. Porque si a ti te pasa algo puede que no haya nadie que lo ayude.

         Pero si te atormenta la idea de ponerte tú primero, piensa que dedicándote unos minutos al principio del día podrás enfocarte el resto del día en tu trabajo y tu familia y de manera más eficiente. ¿Más tranquila tu conciencia?

Pues ahora compartiré contigo cómo lo hago yo.

Lo primero, pongo el despertador cinco minutos antes.

O mejor, diez, no te voy a engañar.

 

La rutina

1. Me relajo y medito

¿Recién despertada meditas? Pero, ¿no te ha dado tiempo a relajarte en ocho horas?

Pues a veces no. De hecho, bastante a menudo, no sé si es que tengo la conciencia muy sucia o qué, pero durante el sueño se me contracturan algunos músculos, cuello y hombros especialmente, y tenso la mandíbula hasta clavarme la férula en las encías.

Que me despierto hecha un cuadro, vaya.


Mal pelo recién despertada
Y con peor pelo.
D. White


En definitiva, oigo sonar la primera alarma del despertador y aún no sé si sigo soñando, si me duele algo o si no siento el cuerpo porque me he muerto: una idea recurrente mía, no me hagas caso.

En estas lamentables condiciones, hago un ligero repaso del estado físico de mi cuerpo, en qué estado me despierto, si realmente algo me duele o es la tiesura propia del sueño en la madurez… pruebo a estirarme poco a poco, compruebo el estado físico de mi cuerpo parte a parte...

Y aunque parezca raro, da muy buenos resultados una breve sesión de relajación física, especialmente si le estás dando vueltas a un problema que no te deja descansar de manera correcta.

Una pequeña guía: siente que tu cuerpo se ablanda, tus grupos musculares, uno a uno se relajan, siente la forma de tu cuerpo sobre el colchón, la almohada, la temperatura, los ruidos de fuera, la luz que entra por la ventana de tu habitación… Toma conciencia en fin de tu cuerpo y también del entorno alrededor a medida que te vas despertando.

Luego, concéntrate en la respiración: nota el leve movimiento de tu cuerpo al respirar, el aire entrando y saliendo de las fosas nasales, como el pecho baja y sube, se hincha y deshincha el vientre…

Pasa poco a poco del nivel físico al mental y analiza el estado y el flujo de tus pensamientos: ¿qué tipo de pensamientos te está enviando tu cerebro?, ¿son ya rumiaciones? ¿son primordialmente negativos?, ¿van demasiado deprisa?

Yo dedico unos momentos al análisis de pensamientos, emociones y sentimientos, que a veces, en los primeros minutos de la mañana ya van demasiado deprisa o están directamente desbocados, ya planean la agenda de tareas del día, prevén problemas y adelantan soluciones… debe ser por eso que me contracturo durante la noche.

No soy solo yo. A mucha gente le pasa. Así que te vendrá bien que no pienses en esos primeros minutos en todo lo que tienes que hacer durante el día y que relajes el ritmo e intensidad de tus ideas.

Evita mirar el reloj durante este proceso. Lo sé, lo sé… es casi imposible, pero inténtalo.

A mí me da buen resultado poner el segundo despertador quince minutos después del primero para no estar pendiente de la hora.

Pero, ¿no habías dicho diez minutos?

Os engañé. Más bien me dedico quince minutazos completos a mí misma. Soy así de autoindulgente.

2. Cuento mis bendiciones, pero sin ponerme intensa

No. No voy a ponerme mística ni pedirte que abraces árboles. Entre otras cosas porque no creo que duermas en un invernadero.


Foto plantas en post de Pilates matinal
Ahí debajo está mi cama.
K. Ross


Tan solo dedica, unos segundos son suficientes, a pensar en las cosas buenas que tienes en tu vida, bien sean pequeñas o grandes. Cualquier cosa vale. A veces una sola idea, una sola bendición para empezar: tengo una gata que viene a la cama a darme los buenos días todas las mañanas o un novio que ayer me dijo que estaba muy guapa a pesar de que me llegaban las ojeras a la barbilla…

Te vendrá bien, especialmente si eres el tipo de persona cuyo cerebro le envía constantemente pensamientos negativos del tipo “No seré capaz”, “Siempre me pasa lo mismo”, “Si es que soy un desastre”…

Obligándonos a disfrutar unos pocos pensamientos positivos enseñamos a nuestro cerebro a contrarrestar esa marea negra de reflexiones negativas y equilibramos un poco la balanza.

No te preocupes si al principio buscas y rebuscas en las circunvoluciones de tu cerebro y no encuentras mensajes esperanzadores. Es normal, y no es que no tengas cosas positivas en tu vida, espero.

Lo que suele pasar es que tu cerebro no está acostumbrado a pensar en positivo. Enséñale. Vale la pena.

         Estos procesos mentales requieren disciplina, no voy a negártelo, un fuerza de voluntad a prueba de privación de chocolate, pero merece la pena intentarlo unos días y probar los resultados que te da.

3. Me busco, y a veces hasta me encuentro, el suelo pélvico

Desciendo de nuevo al cuerpo.

El trabajo de fortalecimiento del suelo pélvico requiere poco tiempo para dar buenos resultados y a veces se nos olvida incluirlo en el entrenamiento diario, así que yo lo incluyo aquí.

Si quieres saber cómo se trabaja, tienes el enlace al post que le dediqué hace poco más adelante.

Utilizo, obviamente, la posición tumbada bocarriba, con las rodillas flexionadas y las piernas ligeramente separadas, si es verano.

Si es invierno, el peso de la manta zamorana (aún no he llegado al siglo XXI y no tengo edredón nórdico) me impide flexionar las piernas, así que utilizo la postura tumbada bocarriba totalmente extendida y con el peso de unos diez kilos de lana de Zamora encima. Estoy la mar de a gusto, la verdad.

Tomo aire, dejo que el abdomen se eleve, luego contraigo la musculatura del suelo pélvico dos, cuatro, seis segundos, suelto el aire y relajo la zona. Tres series de diez a quince repeticiones está muy bien. Suelo tardar en este ejercicio de mi rutina matinal unos dos minutos. No más. 


Suelo pélvico y Pilates
A veces duermo en el suelo del porche

4. Hipopresivos en vez de café

Ya estás a punto de levantarte, te lo prometo.

       Te recomiendo no complicarte mucho y utilizar una posición fácil, como decúbito supino (tumbada bocarriba) con las piernas semiflexionadas. Y…

    - Los hombros bajos.

    - El mentón dentro, atrasado.

    - La columna elongada.

    - Los pies en flexión, con los talones apoyados en el suelo y los dedos elevados.

    - Las manos sobre las crestas ilíacas.


Hipopresivos y Pilates
Para hacerla en la cama,
también me gusta la posición 
pelvic curl (con las caderas elevadas).


En los artículos sobre hipopresivos encontrarás muchas posiciones que podrás hacer en la cama, sin llegar a levantarte. Tienes los enlaces en el siguiente apartado.

Este trabajo de mi rutina matinal lo hago el último porque me activa y me prepara para levantarme. Trabajar hipopresivos resulta más energético que un café. Y no suelta la barriga.

Y ya estaría. Lanzo la manta zamorana contra la pared y me levanto llena de brío y alegría para afrontar la mañana.

No te voy a engañar… otra vez: a veces el despertador ya me ha sonado por tercera vez.


Rutina matinal de Pilates
T. Barbhuiya


La rutina mañanera mal

En ocasiones, el tiempo me come. El ansia viva de hacer tareas que nos lleva a todos. La vorágine.

Entonces, hago una serie de diez contracciones de suelo pélvico, tres respiraciones de hipopresivos, me relajo controlando mi respiración mientras pienso qué bonito el canto de los pajarillos mañaneros y luego me mantengo en apnea hipopresiva a la vez que contraigo el suelo pélvico y hundo mi centro a la columna y lo subo al diafragma y… mal, muy mal. Ya empiezo el día con prisa y como no se debe.

Lo he hecho, lo reconozco: incluso aprovechar la apnea de hipopresivos para hacer las contracciones de suelo pélvico y la relajación entre series para ejercitar la respiración. Pero eso no es vida, la verdad.

 

Espero que te sirva mi experiencia. Puedes adaptar esta rutina mañanera a tu estilo, incluir lo que quieras y quitar lo que desees: lo importante es que empieces el día dedicando unos minutos a tu cuerpo y tu mente.

Hazlo por ti: aunque solo sea para que puedas realizar tus tareas diarias de manera más rápida y eficiente.


Multitasking
S. Graham
 

Despedida y cierre

Y con esto doy por terminado el año académico 2022/23 en Pilates de los Elementos.

Ha sido un año productivo, la verdad es que estoy satisfecha.

Empezamos a mediados de septiembre con un post dedicado a la respiración. Su importancia para la práctica del Pilates, tipos de respiración y analizamos la respiración intercostal que es la que usamos en Pilates hasta quedarnos azules.

La respiración en la práctica del Pilates

En octubre, hablamos del suelo pélvico. Dónde está, para qué sirve y cómo fortalecerlo mediante los métodos Kegel y Pilates.

Suelo pélvico: Kegel y Pilates

En noviembre, empezamos nuestro super post con cuatro entregas sobre Gimnasia Abdominal Hipopresiva, beneficios de este tipo de entrenamiento para la salud, no solo como método de afinar la cintura, muchos consejos para mejorar tus sesiones de hipopresivos, dudas sobre el método, en qué consiste una sesión y muchos ejemplos de posturas y rutinas para que practiques la GAH.

Gimnasia Abdominal Hipopresiva, todas tus dudas en un solo post, desde iniciación a nivel intermedio. GAH (I): ¿en qué consiste?

Gimnasia Abdominal Hipopresiva (II): Beneficios de los hipopresivos

Gimnasia Abdominal Hipopresiva (III): preguntas frecuentes y sesión de muestra

Gimnasia Abdominal Hipopresiva (y IV): Principios de la GAH, errores más comunes y posturas básicas para hipopresivos

Mientras tanto, en el lejano reino de Youtube…

Subí vídeos de Danza-forma para Elementos de Pilates y vídeos sobre rutinas de gimnasia hipopresiva para principiantes. Como este: 




Y este:





Puedes ver también el post teórico en Pilates de los Elementos: Danzas Forma para elementos de Pilates, nuevas secuencias si quieres profundizar algo más en el tema.

En abril, hablamos del powerhouse en Pilates, qué es el centro, por qué es importante, modos de trabajarlo y ejercicios básicos. 

Powerhouse en Pilates. Centrados en nosotros durante la clase

En el blog Pilates de los Elementos Dance también estuve activa: Danza forma para el elemento Tierra entre otros post que podrían interesarte.

Llegó mayo, las flores y algunos consejos para mejorar tu entrenamiento de Pilates que puedes repasar aquí: Nueve consejos (más uno, el más importante) para mejorar tu Pilates.

Y con este post en el que comparto mi rutina mañanera cuerpo-mente, y que no te pongo el enlace porque solo tienes que darle al scroll para arriba, no seas vago, paro las redes hasta septiembre.

Pero el Pilates no lo dejo.

Durante el verano, desde mi huerto en medio de un páramo abulense sigo practicando Pilates, me agacho a cortar calabacines contrayendo mi centro, riego los tomates acordándome de flexionar las rodillas, y me despierta el crotoreo de las cigüeñas mientras realizo mis primeros hipopresivos de la mañana.

Y sigo estudiando, aprendiendo, meditando, para regresar con nuevas ideas con las que ayudarte a conectar cuerpo y mente por medio del Pilates.

Espérame en septiembre… a la caída de la hoja y a mí.

 

Anagrama Pilates de los Elementos

El próximo año más y, seguramente, mejor, aquí, en Pilates de los Elementos.

Hasta entonces, feliz Pilates.

 

Pilates Elementos pie de página

Post anterior: Nueve consejos (más uno, el más importante) para mejorar tu Pilates

Siguiente post (22 de septiembre de 2023).

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