El Pilates es uno de los mejores métodos para entrenarse en casa. Se puede practicar sin aparatos, una colchoneta es más que suficiente, y es posible hacerlo solo o en compañía.
Así sí.
Así no.
Aunque reconozco que es mucho más gracioso.
Hoy hablamos de:
- Cómo hacer Pilates para la mente
- Cuerpo, mente y espíritu
- Psicología y deporte
- Cómo conectar cuerpo y mente en Pilates
- Técnicas para la conexión entre cuerpo y mente en Pilates
- Imágenes
- La filosofía del sufrimiento en el deporte
- La escalera de la conexión
- Cuerpo
- Respiración
- Músculos en acción
- La esfera de la mente: emociones
- La esfera del pensamiento
- Siete consejos para la conexión cuerpo-mente en tu clase de Pilates
Cómo hacer Pilates para la mente
Ya hemos hablado en anteriores ocasiones de los beneficios físicos que aporta el Pilates, sobre todo cómo el método Pilates protege y mejora nuestro cuerpo, pero como alumno puede que hayas llegado al método Pilates atraído por los beneficios que tiene para la mente, cómo el Pilates ayuda a mantener la mente en forma o incluso puede mejorarla y que tengas interés por la conexión entre cuerpo y mente.
Así pues, ¿cómo hacer Pilates para la mente?
Cuerpo, mente y espíritu
Antes de responder esa pregunta, aclaremos dos conceptos que suelen ir relacionados: mente y cuerpo.
Aunque la palabra cuerpo tiene muchas acepciones: la RAE recoge más de veinte, la segunda acepción es la que nos interesa: Conjunto de los sistemas orgánicos que constituyen un ser vivo.
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Cabeza, tronco y extremidades en un alumno de Pilates que viene por primera vez: aún en blanco. Kira auf der Heide, Unplash (todas) |
La mente es la potencia intelectual del alma e incluye el conjunto de actividades y procesos psíquicos conscientes e inconscientes, especialmente los de carácter cognitivo, (RAE y Oxford dictionary).
Podemos añadir aquí un tercer elemento, mucho más complejo y controvertido, y que suele acompañar cuerpo y mente: estamos hablando del espíritu o alma. Pero su estudio va mucho más allá del alcance de este artículo, por lo que de momento lo dejaremos aparte. Baste decir aquí que la RAE lo define como: sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos, según algunas religiones y culturas.
De los tres conceptos, el espíritu es el único al que se le supone inmortalidad; el cuerpo y la mente no lo son.
Psicología y deporte
No vamos a incidir hoy en los beneficios psicológicos del deporte, que ya hemos tratado anteriormente: ahora nos interesa otro aspecto, algo más discutido y es que a menudo se habla de la mente en relación al deporte con fines utilitarios, cómo entrenar la mente para ser más exitoso en el deporte, batir marcas, trabajar la motivación, aumentar la resiliencia, gestionar los fracasos, todos esos aspectos que son claves para el rendimiento deportivo en la alta competición.
De ello se ocupa la psicología deportiva y los mejores entrenadores y deportistas del mundo deben utilizarla ya que en el deporte de alto nivel, un mundo duro y competitivo, solo destacan los mejor preparados, física y mentalmente.
Esta es además una diferencia de la que se habla mucho en literatura médico-deportiva porque el deporte de alta competición no solo no cura la ansiedad, sino que incluso puede ser fuente de ansiedad. Recordemos de nuevo que solo la práctica moderada del deporte produce mejoras en el nivel de estrés.
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Aunque parezca mentira, los tres muchachos del fondo podrían tener peor salud que los tres del frente. Philippe Leone |
Pero asumo que no eres un deportista de élite. No estás pensando batir ninguna marca ni presentarte este verano en las olimpiadas de Tokio, si es que finalmente se celebran. A ti te interesa qué puede hacer el Pilates por tu mente.
Seguro que se te pasa por la cabeza, y no andarás desencaminado, que el Pilates podría ayudarte a manejar los trastornos relacionados con el sueño y también el estrés, de eso se ha hablado mucho, porque pone la atención en tu cuerpo y aparta el foco del «ruido de la mente», sus rumiaciones, sus pensamientos obsesivos.
Pero puede hacer mucho más por tu mente, porque el Pilates, y especialmente en el método Pilates de los Elementos, trabaja, no la mente, o no solo la mente, sino la conexión entre mente y cuerpo.
Con la práctica continuada, conseguirás aumentar tu resistencia a la frutración, tendrás más autoconfianza, optimizarás tu enfoque, aprenderás el valor del esfuerzo, del sacrificio, del compromiso, sabrás proponerte metas razonables.
Ya te advierto que no será en el primer mes que practiques Pilates, pero llegará.
Además, y más importante, el entrenamiento de la mente en Pilates, no solo mejorará tu rendimiento en la clase sino que podrás usar esa mejora en otros ámbitos de tu vida, como el académico o el profesional.
Te estarás preguntando ahora cómo entrenar tu mente en Pilates y sobre todo cómo conseguir los beneficios de la conexión entre cuerpo y mente.
Sigue leyendo, pues, porque voy a explicarte cómo mejorar la conexión entre cuerpo y mente para que trabajen juntos durante tus entrenamientos de Pilates.
Cómo conectar cuerpo y mente en Pilates
En primer lugar, cuando hablamos de sanar cuerpo y mente, debemos tener en cuenta de que muchos de nuestros problemas se originan precisamente por asumir una dicotomía entre cuerpo y mente, y que en Pilates trabajamos desde la unión del cuerpo y la mente, debe ser un entrenamiento equilibrado, y solo mejorando la unión entre la esfera de lo físico y la de lo psicológico podrás sentir que los beneficios del Pilates superan con mucho a otras disciplinas deportivas.
Técnicas para la conexión entre cuerpo y la mente
1. Las imágenes
En primer lugar, tenemos las imágenes, uno de los medios más poderosos para conectar cuerpo y mente en Pilates, sobre todo en el Pilates de los elementos.
No solo son usadas por el Pilates: el método Franklin, basado en la ideokinesis, tambien usa imágenes para entender el movimiento.
Por otro lado, no todas las escuelas de Pilates utilizan las imágenes de la misma forma y algunas apenas las tienen en cuenta. A mi modo de ver esto es un error. Imágenes y visualizaciones en Pilates son un instrumento muy eficaz en la clase, para el profesor y para el alumno, de creación propia o sugeridas.
Las imágenes sirven en primer lugar para hacer que el alumno comprenda cómo debe abordar un ejercicio o una colocación.
A veces, recibes del profesor una indicación vaga y vacía de significado como «activa el centro». Si me dieran un euro por cada vez que he oído esa frase…
O es posible que tu profesor de Pilates se enrede en una explicación de varios minutos sobre el modo correcto de realizar el ejercicio que ha propuesto: torso a tantos grados del suelo (siempre recomiendo llevar un porta ángulos a clase de Pilates), colocación de la curvatura lumbar, posición de las piernas durante la contracción, etc… hasta que te preguntes si necesitas una licenciatura en fisioterapia para entender la clase, cuando un par de imágenes bien escogidas podrían darte las claves que necesitas.
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¿Estáis seguros de que este es el nivel de principiantes? Mathilde Langevin |
Algunos ejemplos del tipo de imágenes adecuadas podrían ser: siente que tus pies se hunden en el suelo y tu cabeza asciende al techo, un hilo enlaza tu ombligo con tu columna, tira de él, imagina un árbol enraizándose en tu vientre, uniéndote a la tierra, ligera como un globo de helio, trata de subirte la cremallera de unos pantalones muy ajustados, cuello de tortuga y ahora cuello de cisne…
Necesitamos acceder a la mente, pero no esa mente analítica, que trabaja con una lista de instrucciones, sino a la mente imaginativa, la mente capaz de volar. Solo así nuestro Pilates será fluido y natural. No habrá parálisis, sino movimiento.
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Y con visualizaciones no me refiero solo a las indicaciones visuales para colocarse, sino que la utilidad de las imágenes en Pilates va mucho más allá: qué hace nuestra mente, mientras mantenemos un teaser por ejemplo, una vez alcanzada la postura correcta.
Aquí las imágenes son aún más importantes, porque anclan nuestro pensamiento al ejercicio, al cuerpo, y nos hacen sentir la postura, desplazándose del punto origen del ejercicio al punto final: es colocación en movimiento, usando a la vez cuerpo y mente.
Las imágenes que usamos para visualizar y para centrar nuestra mente durante una progresión suelen estar basadas en el movimiento de los animales, que ya fue un recurso usado por Joseph Pilates, o en elementos naturales, como en el Pilates de los Elementos.
No solo el Pilates usa el movimiento de los animales como ejemplo visual, sino también otros tipos de entrenamiento como el Animal flow.
Pero en Pilates el imaginario que puedes usar es amplísimo.
Imagínate en la playa, siente la arena en los dedos de los pies al arrastrarte hacia atrás; que nadas en un lago, cabeza bajo el agua, sobre el agua; visualiza el movimiento de una serpiente, tu columna flexible, ágil y fuerte; imagina una llama sobre la hoguera, ascendiendo, observa el humo, siente el calor; visualiza un árbol, las raíces ancladas con firmeza en el suelo, tus brazos son ramas; imagina un junco movido por la brisa; estás bajo una cascada y el agua cae sobre tus hombros y resbala por tus brazos hasta el suelo, siente que el flujo del aire saliendo de tu cuerpo a medida que te alargas, imagina que tensas un arco, que apuntas con la flecha lejos.
Recordemos pues que el cerebro es el primer músculo que trabaja en Pilates. La mente dirige, el cuerpo le sigue.
Las posibilidades son infinitas, tu profesor te dará algunas y otras las irás creando tú a medida que practiques y abras tu mente, porque cada estudiante de Pilates termina conociéndose mejor y sabiendo lo que le funciona. Las imágenes son muy personales.
A veces, la imagen que a nosotros nos parece natural, que se deriva casi de manera evidente del movimiento que estamos realizando puede no resultar tan natural para tu compañero de al lado. Mantenlas en privado: nada distrae tanto como escuchar murmurar a tu compañero de al lado «Soy un gusano y me arrastro por el barro, me arrastro por el barro, me arrastro por el barro», por poner un ejemplo.
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Las lombrices son flexibles, es cierto, pero, ¿de verdad quieres visualizarte como un gusano? Morten Jakob Pedersen |
Solo un consejo más, respecto a las visualizaciones: procura que sean siempre positivas y agradables. Sería poco útil para los beneficios que buscamos, una filosofía antiPilates, por decirlo así, usar imágenes que nos provocan rechazo o desagrado.
2. La filosofía del sufrimiento en el deporte
Otro modo en que deberías usar tu mente durante la clase de Pilates es olvidando la idea del sufrimiento, de otras disciplinas, de someter al cuerpo a un sobreesfuerzo con el objetivo de curtirlo o de forzarlo a rendir; aquí se trata de sentir satisfacción con el movimiento del cuerpo, en obtener placer del hecho de alcanzar una postura o de estirar un músculo o de respirar mientras se mantiene una forma.
Para ello, debes adaptar la postura y el ejercicio a las capacidades de tu cuerpo y no al revés. Busca siempre disfrutar de la clase, desde el calentamiento hasta la vuelta a la calma. Así conseguirás que sea más efectiva.
Recuerda que el objetivo básico del Pilates es acabar con el dolor, sería absurdo que nos lo provocáramos nosotros mismos por cómo afrontamos la clase.
3. La escalera de la conexión
Pasemos ahora al método de trabajo para la conexión cuerpo mente en Pilates más completo y cuyo manejo nos llevará más horas de práctica: la escalera de la conexión.
Piensa en ti como un todo compuesto por niveles: como una escalera y sus escalones.
Primer escalón: tu cuerpo
Analiza primero tu interior y quédate en ese estado el tiempo que necesites. Escucha a tu cuerpo, él te dirá qué zonas sienten dolor, tensión, qué zonas necesitan atención y cuidado. Recuerda que no estás meditando, en el sentido clásico de la palabra, estás en movimiento, y tu cerebro está ocupado realizando a la vez un ejercicio físico. Atender a las dos actividades requiere esfuerzo y es posible que necesites un tiempo hasta que lo domines.
Segundo escalón: respiración
Piensa en tu respiración y analiza las sensaciones que este proceso te produce: En el flujo del aire entrando y saliendo de tu cuerpo, los cambios de temperatura y humedad, los movimientos de tu abdomen.
Tercer escalón: músculos en acción
Piensa en tus músculos: calor, tensión, flexibilidad, temperatura y sobre todo movimiento, tu musculatura entra en acción.
Estos tres primeros escalones son un tramo centrado en el mundo de lo físico, el mundo sensitivo que es el que tratamos en primer lugar, no porque sea más importante, sino porque es tangible, más fácil de controlar.
Cuarto escalón: empieza el tramo de la mente
En este escalón la cosa empieza a complicarse. Entramos en el terreno de las emociones, que ya forma parte de tu mente, pero también parte de tus emociones están originadas en tu cuerpo; por ejemplo, si sientes frío, es normal que sientas también cierta intranquilidad o disgusto que va más allá de lo físico.
Así pues, observa tus emociones. ¿Qué sientes, tu cuerpo y tu mente, cuando realizas una pirámide o deshaces un roll up?, ¿cuál es tu emoción primaria durante la clase: es tranquilidad, relajación, es angustia?
Recuerda, como siempre, que la autobservación debe estar desprovista de juicio; se trata solo de mirarte por dentro, darte cuenta, pero no reñirte por lo que sientes ni sobreanalizarte.
Quinto escalón: la esfera del pensamiento en Pilates
Aquí entramos en pleno territorio de la mente. Al observar tus pensamientos, como en el escalón anterior, debes tan solo mirarlos pasar, sin quedarte enganchado a ellos, y sin implicarte emocionalmente con ellos, como si fueran los de otra persona.
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- Ni pasado ni futuro. La clase y tú, unidos en el presente.
- Busca la comodidad y el bienestar de tu cuerpo.
- Controla el nivel de los ejercicios. No hagas sufrir a tu cuerpo.
- Atiende primero a tu cuerpo. Desde el cuerpo, partirá todo tu trabajo.
- Observa lo que pasa en tu mente, mientras te mueves, en conexión con el movimiento.
- No juzgues tus emociones y tus pensamientos. Solo obsérvalos, sin juzgarlos.
- Usa las imágenes con libertad, pero siempre buscando visualizaciones que te resulten agradables.
- Y uno de regalo: diviértete en el proceso. Sin placer, el progreso no echa raíces verdaderas ni en nuestro cuerpo ni en nuestra mente.
Pilates en compañía,
para alcanzar un nuevo nivel de diversión.
Hasta la próxima, feliz Pilates a todos.
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