El principio de la fluidez en Pilates
La fluidez dirige casi siempre el trabajo con el elemento agua. |
Fluyen los movimientos a través de nuestro cuerpo, fluye la respiración como veremos más abajo, la energía por la columna y por supuesto, también fluye nuestra mente. La fluidez busca que no haya interrupciones, cambios de ritmo, aceleraciones o frenazos, pero desde luego no determina ninguna velocidad establecida. Esto siempre lo tenemos en cuenta en las clases de Pilates porque para hacerlos conscientes, para estar presente en el movimiento, lo más seguro es realizar el ejercicio o el camino hasta la forma, de una manera lenta y segura. Como decían nuestros maestros del colegio: Despacito y buena letra.
Alumno principiante preparándose para un roll up. En algún momento. Bennet, Unplash (todas) |
Y ahí es donde el papel del profesor que dirige la clase cobra más importancia: en los enlaces entre movimientos y secuencias, en las transiciones suaves entre ejercicios para ligar las secuencias. Estos enlaces también tienen entidad, una personalidad propia, no son simples estadios semiestáticos entre secuencias. Sobre todo porque es precisamente en esos puntos dinámicos donde se consigue enganchar la mente del alumno al ejercicio. Mantienen su atención, su alerta y no lo dejan escapar al mundo de pensamientos ajenos a la clase. Diseñar estas transiciones no es trabajo fácil para el profesor (es una de las tareas a las que yo dedico más tiempo) y cuando planea la clase debe poner un cuidado especial para que lleven al alumno al objetivo, que debe haber decidido de antemano. No todas sirven para todo el mundo ni todos los alumnos reaccionan de la misma manera a la hora de enfrentarse a un trabajo tan complejo.
Recordemos también
que la fluidez busca conectar todo el cuerpo. En Pilates no hay trabajo de un
músculo aislado, sino que se pretende hacer circular la energía por el cuerpo y
pasar el trabajo de un grupo muscular a otro.
Por último, la fluidez se trabaja desde la respiración también, a través del ciclo de inspiraciones, espiraciones y apneas: es un tema complejo que trataremos en otra entrada. Baste señalar por ahora que nuestra respiración es fluida, la concebimos como líquida, en lugar de en un estado gaseoso, y la imaginamos como una corriente que circula por nariz, garganta, pulmones y hasta estómago, sin obstáculos, un río vivificador.
Be water, my friend. Aquí un alumno avanzado conectándose con la energía de la madre Gaya. Leo Rivas |
Este principio
de la fluidez diferencia claramente al Pilates de los movimientos aislados del
Yoga y es una de las explicaciones del por qué no siempre, si a tu cuerpo le
viene bien el Yoga, también le convenga el Pilates, o viceversa. Puede que así
sea, pero no tiene por qué. Muchos colocan hoy al Pilates y al Yoga dentro del
mismo “saco deportivo”, porque son disciplinas cuerpo-mente y porque muchos
profesores practicamos y trabajamos las dos, pero en cuanto a los principios
básicos por los que se rigen, son dos disciplinas por completo diferentes. Ojo:
no digo que ninguna sea mejor que la otra, es una discusión absurda por otra
parte, solo digo distintas.
En definitiva,
la fluidez es uno de los principios más originales y distintivos del Pilates,
difícil de trabajar, pero enormemente valioso y de gran utilidad no solo
durante la clase, para conseguir los objetivos de las secuencias que hemos
propuesto sino después de la clase, el momento más importante del Pilates, porque
ayuda a mejorar los movimientos de nuestra vida diaria como caminar, sentarnos
o llevar peso.
Necesitas Pilates para sentarte en algunas sillas. Estas sillas en concreto son de nivel intermedio. Grahp Wyatt |
Hasta la
próxima. Feliz Pilates.
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